viernes, 4 de mayo de 2018

La cúpula de la Concatedral de San Nicolás de Bari de Alicante

      Esta entrada no va de puentes, pero si trata de explicar que hay disposiciones constructivas que aunque parezcan similares, su concepto estructural varía mucho.

      Hace ya bastantes años, buscando información sobre arquitectos y constructores antiguos de la Comunidad Valenciana, encontré un texto (no me acuerdo del libro) donde contaba la anécdota de que al iniciarse la construcción de la cúpula de San Nicolás, ésta se derrumbó. No hubo víctimas mortales porque el ruido provocado por el crujido inicial de los andamios y el resquebrajamiento de los materiales colocados alertaron a los trabajadores y les dio tiempo a ponerse a salvo. Tras el desastre, tuvieron que redimensionar la cúpula y volver a levantarla.

      En 2006, con motivo de la exposición de La Luz de las Imágenes celebrada en Alicante pude contemplar dicha cúpula en todo su esplendor. Se había realizado un exhaustivo trabajo de limpieza y restauración de todo el edificio de la concatedral. El interior de la nave quedaba iluminada por la luz cenital (bueno...también había focos) y, con el color claro de las paredes, daba una gran sensación de amplitud y espacio.

Foto interior de la cúpula de San Nicolás de Bari

      Se trata de un cúpula casetonada que se levanta a una altura de 28,5 metros y de 15,3 metros (67 palmos) de diámetro interior, dimensión nada desdeñable si la comparamos con los 17 metros de diámetro que posee la cúpula de la Basílica de El Escorial.

      Sin embargo, (y es la razón de este artículo) lo que no me cuadraba es que en las explicaciones igualaban el casetonado de la cúpula de San Nicolás con el Panteón de Agripa de Roma. Decorativamente es similar, pero estructuralmente es todo lo contrario. En el Panteón el casetonado se realizó hacia el interior del espesor de la bóveda, en forma de nichos, con el propósito de aligerar el peso de la enorme cúpula (43 metros de diámetro), y en el caso de San Nicolás, se realizó hacia el exterior, colgando del techo, lo que supone un gran peso muerto.

Foto de la cúpula del Panteón de Agripa en Roma

Historia sobre la construcción de la cúpula.

      La Basílica de San Nicolás de Bari fue realizada bajo las trazas de Agustín Bernardino, que por esas fechas trabajaba en Orihuela. En 1.616 se colocó la primera piedra, aunque ya se habían iniciado los trabajos de cimentación 3 años atrás. En el inicio de su construcción participó Agustín Bernardino hasta su muerte en 1.620. Le sucedió su ayudante Martín de Uceta que falleció en 1.630. A partir de este año continuaron las obras Pedro Guillem y Miguel Real que terminaron en 1.637 la parte del templo desde la fachada de la calle Labradores hasta los dos estribos del primer arco que sostendría la futura cúpula.
      Las obras se reanudaron en 1.658, iniciándose la construcción de la cúpula. A la muerte de Pedro Guillem en este mismo año quedó solo al frente de la dirección de la obras Miguel Real, quién el 6 de marzo de 1.658 colocó la primera piedra en una de la pechinas y terminando la fábrica de esta parte del templo el 31 de octubre de 1.662.

      En el libro de Viravens “Crónica de la Ciudad de Alicante”, del cual he sacado la mayoría de los datos, no aparece el suceso del derrumbe, o si tuvo algo que ver con la muerte de Pedro Guillem.


Fotos: parte exterior e interior de San Nicolás

La estructura

      La bóveda del Panteón de Roma se podría asemejar a un actual forjado reticular de casetón recuperable, donde resisten los esfuerzos los nervios cruzados perpendicularmente. Este tipo de forjado está presente en la mayoría de plantas de aparcamientos públicos y son relativamente fáciles de observar. Sin embargo, si colocamos a la inversa las partes cóncavas de las cubetas del encofrado pegadas a la parte inferior del forjado y se hormigonase todo, casi se duplicaría el peso propio, necesitando mayor canto en los nervios y una mayor cuantía de armadura.
      Puede ser que este mayor peso muerto provocase la caída inicial de la bóveda de San Nicolás, teniendo en cuenta que en aquella época para el dimensionamiento de las cúpulas sólo se tenían en cuenta sencillas reglas empíricas que se obtenían como resultado de anteriores experiencias. La mayoría de cúpulas se construían con paredes lisas en su cara interior y, por tanto, sin tanta masa. También pudo ocurrir que la cimbra y el andamiaje cediera por el excesivo volumen de materiales apoyados, antes del descimbrado y sin entrar en carga la cúpula.

Esquema de comparación entre estructuras

Una curiosidad matemática

      Tanto en el caso del Panteón de Roma como en la cúpula de San Nicolás hay 28 hileras verticales de cuadrículas concéntricas. El número de 28 se consideraba un número perfecto, ya que se podía obtener como el resultado de la suma de todos sus divisores (menos él mismo), es decir, 1+2+4+7+14=28. Sin embargo, en el Panteón, horizontalmente hay 5 hiladas (los planetas conocidos en aquella época) y en San Nicolás 8 (puede ser debido a un encaje dimensional estético, aunque siempre se le podría buscar una explicación numerológica)

Detalle de la cúpula.



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