lunes, 31 de octubre de 2016

La ingeniería de puentes en España a principios del siglo XIX

Las atribuciones en obras públicas de arquitectos e ingenieros militares no estaban totalmente definidas, ya que en la construcción de los seis principales caminos de carácter nacional, construidos a últimos del siglo XVIII intervinieron ambas profesiones. Por ejemplo, el militar Martín Zermeño realizó el proyecto del puente sobre el Llobregat de Molins del Rey (1.763 – 1.767) interviniendo Juan Caballero en la dirección, y el arquitecto Bartolomé Ribelles dirigió el tramo Valencia – Castellón y construyó el puente sobre el río Mijares cerca de Villareal (1.784 –1.790). Parece ser que con el transcurso de los años los arquitectos poco a poco fueron aumentando cada vez más sus  competencias.

        En 1.799 se creó el Cuerpo de Ingenieros de Caminos y Canales del Reino, a imitación del francés y organizado por D. Agustín de Betancourt.

          Este cuerpo se estableció para unificar criterios y dictar reglas para la redacción de proyectos y presupuestos de obras, y contar con un nutrido número de profesionales especializados en el planeamiento, ejecución y control de costes de las obras públicas. Hasta ese momento las carreteras dependían de la Superintendencia de Caminos y Correos, mientras que los puentes eran competencia del Consejo de Castilla, por lo que la descoordinación de estos organismos provocaba, según Alzola, que se construyeran caminos sin puentes y puentes sin carreteras.

          En 1.802 se fundó la Escuela de Ingenieros de Caminos bajo la dirección también de D. Agustín de Betancourt. Los aspirantes debían aprobar un examen de ingreso en esta Escuela, por lo que muchos ya poseían cierta formación o experiencia en esta materia (algunos de ellos eran arquitectos titulados) y una vez terminados los estudios eran destinados con los grados inferiores del escalafón del Cuerpo. En dicha escuela se impartían materias más específicas para la realización de obras de ingeniería: carreteras, puentes, cimentaciones especiales, puertos, presas..

          Pero el estallido de la Guerra de la Independencia supuso un retroceso en la formación de la infraestructura viaria de la península. A la vuelta de Fernando VII, dado el carácter liberal de la mayoría de los ingenieros, fue cerrada tanto la Inspección de Caminos como la Escuela en 1.814.

          En el trienio liberal de 1.820 a 1.823 se reabrió la Escuela pero volvió a ser clausurada al reestablecerse el régimen absolutista.

          Ya tras la muerte de Fernando VII, en 1.834 se reabrió la Escuela, en 1.835 se reorganizó el Cuerpo y en 1.836 se publicó su reglamento.

          Años después, fruto de la reestructuración del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, en 1.854 se creó el Cuerpo de Ayudantes de Obras Públicas, antecesores de los Ingenieros Técnicos de Obras Públicas.

          A partir de este momento, la mayoría de puentes de piedra siguieron el modelo de Perronet: arcos escarzanos muy rebajados y pilas de poco espesor. Las bóvedas tienen el mismo ancho que las pilas y los tajamares adosados son semicilíndricos terminados en sombreretes hasta el arranque de los arcos.

Prolongación del puente de Andújar (Jaén) realizada por el Ingeniero de Caminos Larramendi en 1.823

          Sin embargo, las mayores exigencias en el trazado de los caminos y la aparición del ferrocarril van a contribuir a la construcción de grandes viaductos para mantener la continuidad de la rasante.

          Para grandes alturas, el arriostramiento de la pilas mediante arcos en varios niveles se utilizó al principio muy a menudo, imitando a los acueductos romanos. Pero con el tiempo, las pilas quedaron exentas en toda la altura, combinando la sección de éstas y la luz de los arcos. A medida que aumentaba la altura de las pilas, la luz de los arcos tendía a disminuir y la inercia de la pila a aumentar. El equilibrio entre estos dos factores era lo que determinaba el número de pilas y la dimensión de la luz de los arcos. En otras ocasiones se dimensionaba un arco central flanqueado por pilas-estribos y, a continuación, varios arcos de acompañamiento que permitían el desagüe en caso de grandes avenidas.

          Como ejemplo de puente de la época se puede citar al puente de Contreras sobre el Gabriel, proyectado por Lucio del Valle. Está formado por un total de siete arcos de medio punto, siendo el central de 16’70 m. y los laterales más pequeños de 8’35 m. de luz. Fue construido en la antigua carretera de Madrid a Valencia sobre el río Cabriel, e inaugurado en 1.851.

Puente sobre el Cabriel. Antigua carretera de Madrid a Valencia.

lunes, 24 de octubre de 2016

Puente largo de Aranjuez

Este puente actualmente está en uso. Salva el río Jarama, y se halla ubicado en el km 3 de la carretera M-305, que sale de Aranjuez hacia Madrid. Fue construido en el siglo XVIII.

Plano de situación



Aguas arriba. Detalle de tajamares.

lunes, 17 de octubre de 2016

Los puentes en el siglo XVIII

En el siglo XVIII, con la llegada de la dinastía borbónica se inició un plan conjunto de reparación y rectificación de la infraestructura caminera del país, consistente en una red radial, de carácter nacional, cuyo centro era Madrid y que partían hacia Irún por Burgos, hacia Francia por Zaragoza, a Valencia, a Cádiz, a Badajoz y a La Coruña.

          Sin embargo su comienzo fue tardío debido a que se terminaba de salir de la Guerra de Sucesión. Con Fernando VI empieza la mejora de los accesos a los Reales Sitios y la carretera de Madrid a La Coruña. Ya en el reinado de Carlos III y bajo el gobierno de sus sucesivos ministros se van materializando la construcción de estos caminos, que concluirán a principios del siglo XIX.

lunes, 10 de octubre de 2016

El puente de Almaraz

     Uno de los puentes más importantes de Europa del S.XVI fue el puente de Almaraz, ya que con sus cerca de 40 metros de luz libre en su arco principal, superaba a la mayoría de puentes construidos hasta la época. Pese a la distribución asimétrica de sus vanos y una imponente pila central, el conjunto da una total sensación de equilibrio  y solidez.
Vista general aguas abajo

lunes, 3 de octubre de 2016

Puentes Renacentistas en España

En el periodo comprendido entre los siglos XV al XVII, tras la reunificación del territorio peninsular por parte de los Reyes Católicos, existió, sobretodo al principio, una política de  mejora de las comunicaciones  consistente en nuevas realizaciones puntuales y a la conservación de las obras ya existentes. Para ello se obligó a los pueblos al mantenimiento de los caminos pertenecientes a sus términos municipales, recurriendo para su financiación a los “repartimentos” , previa autorización  real.

        La coincidencia con el descubrimiento de las tierras americanas y las continuas guerras en Europa desvió la atención de los posteriores monarcas de los problemas interiores peninsulares . Prácticamente sólo se llevaba a cabo el acondicionamiento de los caminos por el gobierno central en el caso de traslado de tropas y maquinaria de guerra, y en el de viajes o celebraciones reales, ya que normalmente se transitaba a pie o a caballo.