Antecedentes.
La construcción de un gran puente en el
camino de Castilla, como alternativa al antiguo puente de San Roque, fue una
constante aspiración de las distintas corporaciones municipales y de los
fabricantes de Alcoy desde finales del siglo XVIII.
El Camino Real de Madrid, era una de
las más importantes vías de comunicación de que disponía la ciudad: mantenía
enlazadas con la población las partidas rurales del Barchell, Polop y Salt, y
permitía a la Real Fábrica de Paños y a los empresarios papeleros dar salida a
sus productos hacia sus mercados principales del interior de la península.
Se iniciaba el camino de Castilla
hacia Madrid en el Portal del Riquer, bajaba por la calle de San Roque, con una
pendiente bastante pronunciada, y cruzaba el río por el puente también llamado
de San Roque (actualmente desaparecido por las obras de encauzamiento, defensa
y urbanización del río). Este puente de pequeñas dimensiones, sufría las
periódicas avenidas del río, por lo que continuamente debía ser reparado.
Seguía por una prolongada y empinada rampa hasta la calle Alcolecha, la fuente de las Moscas y continuaba su
trayecto, aproximadamente, por las actuales calles de Salvador Allende, Plaza
Gonzalo Cantó, Onofre Jordá, Juan de Juanes, saliendo por el “collao” de Na Beneita
y carretera de Bañeres.
Aspecto
actual del antiguo camino de Castilla.
El tramo entre el Portal del Riquer y
la calle Alcolecha, tenía la dificultad
de su fuerte pendiente, que suponía una gran incomodidad y peligro para el transporte de carros; esto se
agravaba con la lluvia, ya que convertía la vía en un barrizal, con piedras y
cantos rodados sueltos, dejándola casi impracticable para carreteros y
caminantes.
Vado
en camino sin ningún tipo de firme ni conservación.
Hasta mediados del siglo XIX, cada
localidad era responsable del cuidado y arreglo de los caminos incluidos en su
término. Ante los numerosos gastos ocasionados por los continuos desperfectos y
lo tortuoso del trayecto, el Ayuntamiento pensó en la conveniencia de variar el
trazado mediante la construcción de un puente de mayores dimensiones, que
permitiera elevar la rasante, de forma que al ganar altura se suavizasen estas
pendientes; así el barranco lo cruzarían más cómodamente los carruajes, no le
afectarían las riadas, y a largo plazo, su coste vendría compensado por las
menores cantidades destinadas a su conservación.
Según el sistema tributario vigente,
la financiación de los municipios se regía por la Junta de Propios y Arbitrios.
Estaba compuesta por el corregidor, dos regidores, el síndico general, el
síndico personero y los cuatro diputados del común. La Junta remitía anualmente
la relación de gastos e ingresos a la Contaduría General de Madrid a través de
las Intendencias Provinciales. Los ingresos procedían principalmente de los
Propios, es decir, del arrendamiento de bienes patrimoniales (tierras, fincas,
locales...) que pertenecían al municipio. En caso de déficit o gastos
extraordinarios se cobraban los arbitrios que, normalmente, consistían en
impuestos sobre artículos de consumo. Para su aplicación era necesario el
permiso previo de la Contaduría General.
Tras una gran riada en septiembre de
1.793, la cual asoló batanes, molinos y puentes, se intenta por primera vez en 1.797,
conseguir fondos para la construcción de un gran puente y arreglo del Camino de
Castilla. El plan y los cálculos los realizó el Teniente Director de la Real
Academia de San Carlos de Valencia D. Manuel Blasco. El camino alcanzaría una
extensión de 1216’5 varas (1.100 m.) y sería necesarias varias alcantarillas.
El puente tendría 8 varas (7’25 m.) de anchura por economía. El coste total
ascendía a 94.021 libras de pesos y ocho dineros. Sin embargo, el poder central
denegó la petición por considerar demasiado gravosos los arbitrios propuestos.
Al no proponer otros más bajos y surgir otros problemas se paralizó el
expediente. De nuevo, en 1.802, se elevó por parte del Corregidor una petición
al Director General de Caminos sobre la reforma del camino y construcción de un
nuevo puente que tampoco prosperó.
Por todo lo anterior, la única
posibilidad que le quedaba al Ayuntamiento era realizar reformas de urgencia y
pequeñas obras en el camino y en el puente ya existente a expensas de los
fondos municipales. Según las cuentas que se conservan de principios de siglo
XIX, el puente antiguo de San Roque sufrió las siguientes reconstrucciones:
Periodo de obras Coste (r. de vellón) Fecha de cuentas Tipo de reforma
30-10-1.809 a
04-08-1.810 5.896 20-10-1.811 Reparación de madera.
Mayo
y Junio de 1.815 11.971 23-06-1.815 Reposición del piso de ma-
dera
y ensanche del estribo.
28-05-1.825 a 27-08-1.825 15.403 31-08-1.825 Recomposición de piedra
Aclaración
sobre el acta de colocación de la primera piedra.
En los fondos del Archivo Municipal
de Alcoy se encuentra el Acta de colocación de la Primera Piedra “…para la construcción de un puente que
proporcione una salida fácil y cómoda para el camino llamado de Madrid...”,
fechada el 1 de Enero de 1.823. Sin embargo, aparece en la portada un folio
grapado a dicho documento, de procedencia más moderna y escrita a bolígrafo,
donde reza “Reseña de la colocación de la
primera piedra del puente de María Cristina, 1823”.
En el periodo del trienio liberal,
según una Real Orden de 1 de Octubre de 1.822, las poblaciones necesitadas de
obras públicas contaban con un plazo de 12 días para proponer los arbitrios
necesarios a la Diputación Provincial. En Alcoy había dado principio el proceso
de exclaustración de religiosos, por lo que el Ayuntamiento propuso como
arbitrio más efectivo la cesión del huerto de San Francisco para destinarlo a
la construcción de viviendas, y con el producto de su venta financiar las obras
más necesarias. La demanda fue aprobada en el mes de noviembre tanto por el
Gobierno como por la Diputación. A los clérigos se les concedió una pequeña
compensación económica, e incluso se llegó a vender un solar a D. Antonio
Julián por un valor de 11.400 reales.
El 1 de enero de 1.823, reunidas las
autoridades, siendo alcalde constitucional D. Jorge Gisbert Vilaplana y el
arquitecto director de la obras D. Juan Carbonell se procedió a la colocación
de la Primera Piedra para la construcción de un nuevo puente. Según la relación
semanal de “los gastos causados en el
puente de San Roque”, donde se relacionan los importes que ocasionaron
dicho acto, los trabajos duraron hasta el 14 de junio de 1.823. En el documento
“Cuenta sobre la Obra del puente dada por
D. Rafael Gosalvez menor”, se incluye un resumen de ingresos y gastos,
siendo el montante total de las obras de
32.874’13 r. de vellón (fecha 5 de abril de 1,824). En estas cuentas se relacionan sobretodo trabajos para el agotamiento de los pozos para la cimentación.
Tras la caída de los liberales, el 7
de julio de 1.823 se restablece una nueva corporación municipal afín al régimen
absolutista.
Juan Carbonell en su informe
precedente al resumen del presupuesto de las obras del puente de Cristina,
fechado el 4 de julio de 1.828, propone un puente de tres arcos en toda la
altura del barranco o dos órdenes de arcos unos sobre otros; sin embargo, la
posterior construcción de una sola bóveda de 19 m. de luz hace pensar que en el
lugar no había iniciada ninguna construcción y se siguió un nuevo proyecto. Tampoco en sus “Apuntes que podrán servir de régimen para la
construcción del Puente y demás obras públicas que han de hacerse en esta villa
de Alcoy”, de 6 de junio de 1.830, comenta nada sobre el aprovechamiento
o continuación de las obras de 1.823.
Por todo lo anterior, mi opinión es
que la construcción actual del puente de Cristina tuvo su inicio en 1.830, independientemente de los planes y los trabajos iniciales que se realizaran en 1.823.
Actualizado 07-09-2017
Fuentes
principales:
Revista de Fiestas
1.976:
Martínez Bara, José Antonio (Vicedirector del Archivo Histórico Nacional). El
camino de Alcoy hacia Castilla en el siglo XVIII.
Archivo Municipal de
Alcoy:
Asuntos: Puentes, Puente Cristina y
Libro de Cabildos
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