lunes, 26 de diciembre de 2016

Puentes arco de hormigón armado

      La construcción de elementos estructurales de hormigón armado en los puentes arco se dio a finales del siglo XIX, pues hasta el momento existía la creencia de que todas sus partes trabajaban a compresión. En 1.890, Wayss reforzó con una doble malla metálica la bóveda de un puente construido en Wildegg (Suiza) con una luz de 37 m y una flecha de 3’40 metros. Años más tarde, el vienés Joseph Melan patentó un sistema por el cual una estructura de acero arqueada y apoyada entre pilas, formada por cuchillos paralelos y con perfil en I, se recubría exteriormente con hormigón. Este procedimiento fue muy aceptado ya que evitaba el levantamiento de cimbras desde el suelo, le daba mayor resistencia a la bóveda y lo protegía contra la corrosión.

       Por otro lado, también se impuso el sistema, más científico, de la colocación de las barras metálicas en las zonas traccionadas de la pieza de hormigón. Contaba con las ventajas de emplear menos acero, de facilitar su doblado y posterior manipulación en la obra.

       En los primeros ejemplares de puentes los paramentos se chapaban con piedra caliza o granito al ser considerado el hormigón armado como un material poco estético por su textura lisa y color grisáceo.

      Eugenio Ribera, como introductor del hormigón armado en España, comenzó como concesionario de las patentes de Hennebique, en 1.897, con la construcción de un tablero armado en el puente de Ciaño (Asturias). En 1.902 terminó el puente de Golbardo, consistente en un doble arco rebajado, de 30 m de luz, donde apoyaban unas montantes que sustentaban el tablero  Patentó la utilización de armaduras metálicas perfiladas embebidas en hormigón para puentes arco, dada su rapidez de ejecución y economía por el ahorro de cimbras (sistema similar al de J. Melan). Propuso además, la división en dos arcos paralelos o gemelos de la bóveda (disposición creada por Sejourné). Se convirtió en uno de los mayores contratistas de ámbito nacional. Como reconocimiento a su labor fue nombrado profesor de la asignatura “Puentes de fábrica y hormigón armado” en la Escuela de Caminos de Madrid.

Entre las realizaciones españolas se podrían citar: el puente de la Reina Victoria en Madrid de 30 m de luz y rebajamiento 1/10, cuyo autor fue J. Eugenio Ribera; el puente de Canalejas de Elche, de 50 m de luz, construido en 1.913 por Mariano Luiña, antiguo colaborador de Ribera; y el Viaducto de Teruel, con un arco de 79 m. de luz y 20’5 m de flecha, terminado en 1.929, cuyo proyectista fue Fernando Hué y donde intervino la empresa de Luiña como constructora.

Viaducto de Canalejas en Elche.

Puente de la Reina Victoria. Madrid

Viaducto de Teruel

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